Allí, tres jóvenes barajaban sus sueños, mezclaban ilusiones y proyectaban logros. Tres jóvenes, una idea, mucho trabajo y un poco de suerte, porque así comienzan casi todas las cosas.
Manos amigas colaboraron desde diferentes lados para dar vida y configurar la idea creativa de formar un espacio además de un negocio.
El sueño de crear más que un producto, una experiencia.
Más de 20 años recolectando experiencia que permitieron traducir con excelencia la combinación de tradición, innovación, calidad y compromiso.
Integramos al sentido de nuestra tarea, el concepto artesanal en la producción del helado, la presentación creativa y atractiva de éste, y la recompensa de nuestros fieles clientes. Creemos en nuestra propuesta tradicionalmente artesanal apostando a la producción de las cremas de la mano de nuestro maestro heladero.
Mediante el Control de calidad e inocuidad de alimentos como procedimiento de control de todos los productos que componen el helado formulamos un estándar de confianza en calidad. Nos interesamos en seleccionar las mejores materias primas a nivel nacional e internacional y buscamos estar a la vanguardia para ofrecer de nuestro arte lo mejor.
En el año 2007 la familia extiende su propuesta de valor sumando el servicio de cafetería. Con una arquitectura al servicio del cliente, ambientes cálidos y una buena atención, con esfuerzo se ha transformado en un punto gastronómico muy visitado por locales y turistas en la ciudad de Punta del Este.
El recorrido que comenzó en la ciudad de San Carlos hoy nos permite estar presentes en los departamentos vecinos de Canelones, San José, Durazno y Montevideo.
Nos dedicamos a brindar calidad siempre con una sonrisa a través de un gran grupo humano. Configuramos una identidad donde el respeto, el desarrollo y la disposición se integran para hacer de nuestro trabajo un gusto.